viernes, 23 de enero de 2015

Los Chapulines

En mi opinión III
(Los Chapulines)

A veces creo que nuestros gobernantes son únicos en el mundo, o por lo menos los mejores en conducta corrupta e ineptitud, pero lo que me parece increíble es que los mexicanos sigamos votando por ellos en cada elección para cualquier puesto público.
            En estas fechas, en México está en apogeo el fenómeno del «chapulinismo», y demasiados funcionarios públicos se están movilizando, pidiendo licencias para contender en los próximos comicios por diferentes puestos públicos en 17 estados de la república mexicana. Estos chapulines que van desde cabildos, legisladores, alcaldes, senadores, diputados y gobernadores están buscando mejorar su posición política, abandonando a la deriva sus puestos actuales y dejando inconclusas sus promesas de campaña, si es que iban a cumplir alguna.
             Habrá quienes piensen que son genios, que lo mismo pueden desempeñarse en un puesto o en otro sin afectar las respectivas funciones, a pesar de su falta de capacidad e ineptitud; sin embargo, el único desempeño en el que sí son expertos y compagina con cualquier cargo es la corrupción. En cada «salto», lo que hacen muy bien es «chupar» el heraldo público a sabiendas de la impunidad de que gozan y sin importarles el daño que provocan a la comunidad. Comprobar esta aptitud de nuestros gobernantes es muy fácil, lo difícil es enumerarlos porque la lista sería demasiado larga y tendríamos que desperdiciar varios royos de papel del baño, pero sin duda cada uno de los ciudadanos mexicanos podemos mencionar varios ejemplos. Dicen que para muestra basta un botón, y yo selecciono Acapulco porque me trae muchos recuerdos agradables, y ahora me duele que sea la tercera ciudad más violenta del MUNDO, gracias al desempeño de su alcalde Luis Walton Aburto que permitió, ya sea por componendas con el crimen organizado o por su ineptitud para gobernar o ambos, que el hampa se apoderara de la calles perjudicando gravemente al turismo y en consecuencia la economía de la ciudad, y por supuesto al pueblo. No conforme con esto, ahora se ha fijado como objetivo la gubernatura del estado de Guerrero y pidió licencia para contender en los comicios para gobernador, ¿Acaso desea llevarlo al ámbito mundial como el más violento del mundo?
            Guerrerenses: ¿Serán capaces todavía de votar por él?



José Pedro Sergio Valdés Barón

lunes, 19 de enero de 2015

Charlie Hebdo

En mi opinión II 
 (Charlie Hebdo)

Sin duda el atentado perpetrado en la revista Charlie Hebdo en Francia ha causado indignación general y una polémica con el Islam. Lo que me parece increíble es que una caricatura, sí una simple caricatura sea la causante de tal desmadre. Es cierto que todos debemos respetar las religiones y creencias de las personas, grupos o culturas, pero también lo es el que no debemos ser tan fanáticos que nuble nuestra capacidad de ser tolerantes y condescendientes. Matar por una caricatura u odiar a la gente que no cree en lo mismo que yo es una estupidez y un fanatismo que raya en lo subhumano, y hacerlo en el nombre de un dios es aberrante. No creo que haya un dios, sin importar la religión, que apruebe asesinar a gente inocente o que en su nombre se cometan actos de terrorismo bestial. Creo que estos criminales sólo se odian a sí mismos, por lo que no son capaces de amar a nadie y desprecian el don de la vida. Como soy cristiano católico les pregunto a los que creen en Cristo: Matarían a alguien por esta caricatura que encontré en la web…

  
José Pedro Sergio Valdés Barón

jueves, 15 de enero de 2015

Ayotzinapa



En mi opinión I
(Ayotzinapa)
A poco más de tres meses de la desaparición de los 43 estudiantes normalistas, el gobierno de Peña Nieto se ha hecho “pato”, y supuestamente han sido detenidos integrantes de la agrupación criminal Guerreros Unidos y algunos elementos de la policía municipal, a quienes se les acusa de perpetrar el plagio y la posterior ejecución de los estudiantes. También se señalan como culpables intelectuales de la barbarie al exalcalde de Iguala José Luis Abarca y su esposa Ma. De los Ángeles Pineda Villa.
            No sé si tengo algo mal en la cabeza, pero no puedo aceptar que haya salido a la luz  pública toda la verdad, y sobre todo que se haya hecho justicia. Para empezar sólo se ha identificado una víctima y las restantes 42 siguen desaparecidas después de noventa y tantos días; se especula que después de haber sido “levantadas” por elementos policiacos,  fueron entregadas a la agrupación criminal Guerreros Unidos para ser ejecutadas y después esparcidos sus restos por órdenes de los Abarca-Pineda. Su identificación está supeditada a los resultados de adn de las muestras enviadas a Europa. Después tengo entendido que Abarca será juzgado por otros asesinatos y Pineda Villa por sus nexos con la delincuencia organizada, en lugar de procesarlos por al asesinato de los 43 estudiantes. Supongo que están esperando que sea oficial la muerte de los estudiantes, los cuales sus familiares esperan que todavía estén vivos y continúan con la exigencia de que los regresen sanos y a salvo.
            Yo he sido bendecido con cinco hijos y diez nietos, y solo pensar que le hicieran daño a uno de ellos se me encoge el corazón y se me enchina el cuerpo, pero a pesar de ello no puedo imaginarme lo que están sufriendo los padres de estos estudiantes, sin duda están padeciendo un infierno, aunque no pierden las esperanzas. Por desgracia, no obstante toda el ámpula que ocasionó la tragedia en la sociedad mexicana y hasta en medios internacionales no han aparecido a la fecha. Con pena creo que si estuvieran vivos en alguna parte ya los hubieran puesto en libertad, o al menos algunos sobrevivientes.
            Estoy convencido que a excepción de los padres, quienes deben mantener la esperanza de un milagro, todo el esfuerzo y presión de la sociedad y los medios debe concentrarse en que salga a la luz pública la verdad y se castigue a los culpables con todo el rigor de la ley, antes que la red de corrupción y las componendas del tráfico de influencias manipulen las evidencias y terminen por enjuiciar a chivos expiatorios, y los principales culpables queden en libertad cuando pase un buen tiempo y se calmen las cosas, argumentando algún mañoso tecnicismo fraguado por los deficientes ministerios públicos.
            Me parece ocioso hacer comparaciones, pero a veces es necesario para ubicarnos en nuestra realidad. Recientemente en Francia unos terroristas masacraron a 12 personas en la revista “Charlie Hebdo” y 6 más en un supermercado.  Aproximadamente a los tres días se había entregado un terrorista y tenían acorralados a otros dos, quienes sabiendo la imposibilidad de sobornar a las autoridades francesas prefirieron resistir hasta el final, siendo abatidos sin misericordia por las fuerzas especiales de la policía que no se anduvieron por las ramas; al otro cobarde asesino lo mataron poco después.
            En Francia fueron terroristas radicales del Islam los que perpetraron las masacres, mientras que en México fueron las mismas autoridades las involucradas en la desaparición de los 43 estudiantes.
            El pueblo francés sin distinción de clases o religiones se unió para protestar contra el terrorismo mundial, apoyado por los gobiernos de la mayoría de las naciones. En México la desaparición de los estudiantes y la cloaca que se evidenció en el gobierno de Iguala han abandonado las primeras páginas de los medios y poco a poco el interés de la gente se está adormeciendo. El gobierno francés de inmediato ha tomando medidas para evitar otro atentado terrorista, y en México, bueno…Debemos de esperar con paciencia la reforma de nuestro presidente galán.

José Pedro Sergio Valdés Barón

lunes, 12 de enero de 2015

Elecciones Junio 2015



Manifiesto III
(Elecciones Junio 2015)
Se aproximan las elecciones para diputados y puestos públicos en 17 entidades del país, y la movilización de los chapulines (Políticos y funcionarios que saltan de puesto en puesto) no se ha tardado en presentar y llueven las solicitudes de licencia para contender en los diferentes comicios.
            Este fenómeno es común en la democracia mexicana, y en apariencia no tiene nada de malo, excepto la razón que lo motiva. Aunque parezca increíble hay gente que cree que lo hacen con la intención de servir mejor al pueblo, y para lograr ese loable cometido invierten grandes cantidades de dinero en campañas electorales que van a la basura, en las que prometen hasta lavar los trastes del electorado. Por desgracia la realidad es totalmente diferente y cuando el candidato llega al poder sólo busca el enriquecimiento ilícito, olvidando la mayoría de sus promesas y saqueando el heraldo público. Para comprobar esto sólo se tiene que leer los medios, donde aparece con demasiada frecuencia todo tipo de corrupción en cualquier parte de la república mexicana y en cualquier nivel de gobierno.
Es posible que algunos ciudadanos tengan amigos metidos en el entorno político, y hayan constatado lo que significa para estos tipos el conseguir un buen hueso en el gobierno. Yo tuve la oportunidad de conocer un licenciado que durante años anduvo en la búsqueda del hueso, pero su estrategia siempre se basó en sus buenas relaciones con funcionarios y políticos de alto nivel, quienes le prometían que si ocupaban tal puesto o ganaban alguna elección le ayudarían con algún hueso secundario. Con esa promesa, él y su esposa se hacían ilusiones y se mudaban de casa, compraban mejores muebles, otro auto, y a sus hijos los inscribían en escuelas privadas más caras. Para su mala suerte por alguna razón desconocida muy pocas veces le cumplían sus supuestos “amigos” y la familia se veía forzada a retroceder a lo que tenían al principio. Finalmente la pareja se divorció y él regresó a su ciudad natal a ejercer su profesión y ella, que por cierto era muy guapa, logró su sueño casándose con un empresario millonario que le dio todos los lujos que deseaba.
  Cuando le preguntaba a mi amigo qué haría por la gente si ocupaba el puesto pretendido, sonriendo me respondía: —No seas iluso, lo más importante es la familia— La triste verdad era que la familia no tenía fondo, siempre estaban soñando con mansiones, autos, joyas, ropa de marca y viajes.
Tal vez sea mal pensado, pero estoy seguro que esa es la mentalidad que impera en la burocracia, y no existe en México un funcionario, político o gobernante que sea honesto y tenga fondo.

José Pedro Sergio Valdés Barón

viernes, 9 de enero de 2015

Gazolinazo

Manifiesto II
(Gasolinazo)
José Pedro Sergio Valdés Barón
Creo que tuve razón, y mi primer manifiesto a nadie o casi a nadie le interesó leerlo, pero no importa si siento que estoy poniendo mi granito de arena, para intentar hacer algo que concientice los problemas de nuestro país.
            Aunque es obvio, parece que no hacemos consciente que hemos regresado al pasado y el pri, ahora en manos de Peña Nieto, nos comienza a llevar una vez más de crisis en crisis. No bien estamos pasando la de los 43 estudiantes desaparecidos, la de la casa blanca presidencial y se nos viene la escalada de precios debido al primer gasolinazo del 2015. La inflación en el 2014 fue del 4.08%, la más alta en los últimos cuatro años, y se pronostica un 3.00% para el presente año, aunque seguramente con los gasolinazos amenazados por SHCP llegará cerca del 5.00%. Si tomamos en cuenta que el salario mínimo global en el 2015 será de sólo el 4.02% y no se espera un importante incremento de empleos. Lo único que podemos esperar es que a final del año los mexicanos seremos más pobres, en tanto los acaudalados y gobernantes serán más ricos pisoteando la igualdad y la justicia.
            Sin duda debemos de felicitar a todos aquellos lambiscones que votaron por el pri, y a los que creyeron en la fórmula del presidente guapo y su famosa primera dama. Lo verdaderamente triste es que no tenemos opciones, el prd, pt o morena  son iguales o peores.
            Ante este panorama me pregunto: ¿Qué pasaría si nos uniéramos todos y ningún ciudadano mexicano se presentara a votar en cualquier comicios, que no presentáramos ninguna declaración de impuestos, que en lugar de ir a trabajar nos manifestáramos en cada palacio de gobierno, que en lugar de usar nuestros autos anduviéramos en bicicleta o transportes públicos, que no compráramos ningún producto que aumentara su precio injustificadamente y que exigiéramos la destitución de funcionarios públicos y gobernantes o al menos el cumplimiento honesto de sus responsabilidades? Yo creo que tendríamos un mejor México, y con seguridad lo mereceríamos.


POR FAVOR QUE NASCA UN LIDER QUE NOS UNA Y GUIE

Manifiesto


MANIFIESTO
José Pedro Sergio Valdés Barón

En realidad no sé si alguien se interesará en leer esto, pero pienso que debo hacer algo de acuerdo a mis posibilidades, y para sentir que de alguna manera me estoy comprometiendo con la sociedad de mi país. Desde hace algún tiempo me estoy haciendo dos preguntas que posiblemente se hacen otros mexicanos: ¿Qué está pasando en México y qué podemos hacer los ciudadanos?
            Creo que debo empezar por analizarme, porque si se desea cambiar algo se debe comenzar por uno mismo. Para empezar debo admitir que he hecho muy poco o casi nada para comprometerme con mi comunidad, siempre encuentro una justificación para no hacerlo; si hay una reunión para acordar algo de beneficio común no tengo tiempo o tengo mucho trabajo y cedo a otros mi responsabilidad. Si se organiza una manifestación para presionar a las autoridades para que hagan cualquier cosa me convenzo de que es totalmente inútil y una pérdida de tiempo; sin embargo soy el primero en indignarme y criticar al gobierno por su desempeño, pero no hago nada más que parlotear en reuniones de café con mis amigos. Si se trata de ir a votar en cualquier comicios me da flojera y me digo que para nada sirve, después de todo los políticos hacen lo que les viene en gana sin nadie que se los impida. Por supuesto es evidente que si hay muchos mexicanos que sean similares a mí, no es de extrañar que estemos viviendo la actual crisis de violencia e inseguridad. No es que seamos los únicos culpables, pero el pueblo es la base en la que se sustenta nuestra sociedad, y si nosotros no nos comprometemos y unimos para solucionar los problemas actuales, como son la corrupción, la impunidad y la inseguridad en las calles nadie lo hará, a menos que estemos esperando un milagro de Dios, y tal vez en verdad esa sea nuestra única esperanza.
            Lo anterior sólo se puede explicar cuando intervienen la corrupción e impunidad del gobierno, que a cambio de apoyos económicos políticos, tráfico de influencias, sobornos, delitos de cuello blanco y componendas gobiernan para la cúpula económica del país, ensanchando cada vez más la brecha social entre pobres y ricos. Es normal que una persona que se esfuerza y arriesga su dinero en alguna inversión reciba a cambio una justa ganancia por ello; sin embargo, la ambición desmedida de la mayoría de empresarios rompe el equilibrio natural que debe haber entre la oferta y la demanda en una sana sociedad. Cuando el deseo por tener más, sin importar a quién dañe, se convierte en una obsesión que sólo busca disminuir los costos e incrementar los precios para obtener mayores ganancias, con el único propósito egoísta de tener una casa más grande, un mejor auto y más lujos, entonces se transforma en una bola de nieve que nunca deja de crecer. El aumento exagerado de precios, sin ningún control por parte del gobierno, ocasiona de manera importante una injusta repartición de la riqueza, fenómeno que es afectado también por otros factores que son responsabilidad del gobierno, como son: la creación de empleos, los salarios, los impuestos, las inversiones nacionales y extranjeras, el pib y la fluctuación de nuestra moneda, además de otras causas menos determinantes. La conducta egoísta de las personas es parte de la naturaleza humana, pero cuando no es reprimida por una autoridad, permite que desde el dueño de la tiendita de la esquina abuse del consumidor hasta los grandes empresarios que se enriquecen a niveles increíbles, como lo demuestra el hecho de que nueve mexicanos están en el grupo de los cien más ricos del mundo según la revista Forbes, entre ellos Carlos Slim Helú en el segundo lugar tan solo detrás de Bill Gates. Esto es inaceptable en un país subdesarrollado como México, donde el 5% de la población vive en la pobreza extrema y el 57% en la clase baja1.
            Para otras personas su obsesión es el poder, aunque a veces sea difícil distinguir la diferencia respecto si el dinero da el poder o el poder da el dinero, como sea estas personas buscan acceder al poder a cualquier costo y sin importarles sobre quién tengan que pasar. Algunas se inician desde la burocracia de ventanilla y luchan toda su vida por alcanzar «un buen hueso»; otros son políticos de carrera, la mayoría proceden de familias que han navegado dentro del medio político por generaciones y se han enriquecido de ello, algunos sin haber tenido nunca un verdadero trabajo, y sólo se mantienen en el gobierno saltando de puesto en puesto como si fueran genios multiusos. Existen también los oportunistas, aquellos que de repente se topan con una oportunidad y la aprovechan; estos se dan con frecuencia en el medio artístico y deportivo. Por desgracia para la ciudadanía a todos ellos los une su ambición por el poder, el dinero o ambos, y poco o nada les importa los problemas de la población, a menos que se vean obligados hacer algo para no perder el poder y la gobernabilidad, y para mantener una mayoría suficiente que pueda ser explotada para sus fines egoístas; dicho de otra manera darle al pueblo atole con el dedo. ¿Qué harían los políticos y empresarios sin gente a quien exprimir? Todo debe mantenerse en un perfecto orden que les favorezca. Algunas de sus principales características son el mentir, el engaño y el cinismo; son dominantes, prepotentes y abusivos, y a veces es tanta su ambición por el poder que hasta se pelean entre ellos mismos, y cuando tienen que apaciguar al pueblo se ven forzados a sacrificar un chivo expiatorio de entre su misma calaña. Claro, después de un tiempo adecuado para que la gente olvide la afrenta, quedan en libertad para disfrutar todos sus bienes adquiridos ilícitamente, y continúa con su vida como si nada.
            ¿Alguien puede pensar que alguno de estos bastardos tenga ideales para gobernar con justica e igualdad? yo no lo creo, y lo más triste es que están convencidos de que tienen la razón y es normal lo que hacen y merecen, ignorando la realidad que sufre el pueblo por lo que no sienten ninguna vergüenza o remordimiento con su conducta; simplemente así son y nosotros los soportamos como borregos en el matadero, y lo seguiremos haciendo mientras el agua no nos llegue al cuello.
            Se dice que el poder absoluto corrompe absolutamente, y muchos de nuestros gobernantes son capaces hasta de mandar asesinar a gente inocente si de alguna manera intentan oponerse a sus deseos. Pueden ser tan insensibles que hasta en el peor momento nacional, cínicamente hacen alarde de su poder comprando mansiones que hacen difícil de justificar la procedencia de los recursos necesarios, y no conformes todavía insultan al pueblo con sus mentiras y engaños.
También hay un dicho que describe lo que está sucediendo en nuestro país: a río revuelto ganancia de pescadores, y el narcotráfico y crimen organizado han sabido sacar ventaja de la ambición de las autoridades, políticos y gobernantes. Con sobornos, apoyos económicos de campañas y enriquecimiento ilícito han logrado apoderarse de las calles de nuestras ciudades, y sólo la maldad que hay en estos criminales ocasiona que colisionen sus mezquinos intereses y se estén matando entre ellos. Por desgracia en esta cruenta lucha entre perros y gatos se han involucrado las fuerzas públicas apoyando a uno u otro bando, con la justificación oficial de estar defendiendo la ley y el orden, y en medio de este caos se encuentra el indefenso pueblo mexicano, cuyos ciudadanos ya no sabemos quién es quién o a quién temerle más, si a los criminales, soldados o policías.
De manera simplista creo que respondo a mi primera pregunta, y en cuanto a la segunda sólo se me ocurre que debemos unirnos todos los mexicanos que exigimos libertad y justicia, y una más equitativa repartición de la riqueza. Sin embargo pienso que esto no es posible sin que nazca un líder capaz de unirnos para que de manera pacífica logremos el cambio. Un Mahatma Gandhi mexicano con el carisma y poder de convocatoria para convencernos de que únicamente unidos podemos lograr que las cúpulas del poder económico y político cumplan y hagan respetar las leyes honestamente y sin excepciones.
En alguna parte de nuestra nación debe haber un mexicano idealista que esté dispuesto a sacrificarse por nosotros, defendiendo nuestra dignidad, igualdad y libertad, a quien seguramente apoyaríamos incondicionalmente los buenos mexicanos.
Creo que siempre existirán ricos y pobres, lo que no debe haber nunca es que muy pocos sean inmensamente ricos y muchos inmensamente pobres.


1 El Financiero, Fuente: AMAI (2014)