jueves, 15 de enero de 2015

Ayotzinapa



En mi opinión I
(Ayotzinapa)
A poco más de tres meses de la desaparición de los 43 estudiantes normalistas, el gobierno de Peña Nieto se ha hecho “pato”, y supuestamente han sido detenidos integrantes de la agrupación criminal Guerreros Unidos y algunos elementos de la policía municipal, a quienes se les acusa de perpetrar el plagio y la posterior ejecución de los estudiantes. También se señalan como culpables intelectuales de la barbarie al exalcalde de Iguala José Luis Abarca y su esposa Ma. De los Ángeles Pineda Villa.
            No sé si tengo algo mal en la cabeza, pero no puedo aceptar que haya salido a la luz  pública toda la verdad, y sobre todo que se haya hecho justicia. Para empezar sólo se ha identificado una víctima y las restantes 42 siguen desaparecidas después de noventa y tantos días; se especula que después de haber sido “levantadas” por elementos policiacos,  fueron entregadas a la agrupación criminal Guerreros Unidos para ser ejecutadas y después esparcidos sus restos por órdenes de los Abarca-Pineda. Su identificación está supeditada a los resultados de adn de las muestras enviadas a Europa. Después tengo entendido que Abarca será juzgado por otros asesinatos y Pineda Villa por sus nexos con la delincuencia organizada, en lugar de procesarlos por al asesinato de los 43 estudiantes. Supongo que están esperando que sea oficial la muerte de los estudiantes, los cuales sus familiares esperan que todavía estén vivos y continúan con la exigencia de que los regresen sanos y a salvo.
            Yo he sido bendecido con cinco hijos y diez nietos, y solo pensar que le hicieran daño a uno de ellos se me encoge el corazón y se me enchina el cuerpo, pero a pesar de ello no puedo imaginarme lo que están sufriendo los padres de estos estudiantes, sin duda están padeciendo un infierno, aunque no pierden las esperanzas. Por desgracia, no obstante toda el ámpula que ocasionó la tragedia en la sociedad mexicana y hasta en medios internacionales no han aparecido a la fecha. Con pena creo que si estuvieran vivos en alguna parte ya los hubieran puesto en libertad, o al menos algunos sobrevivientes.
            Estoy convencido que a excepción de los padres, quienes deben mantener la esperanza de un milagro, todo el esfuerzo y presión de la sociedad y los medios debe concentrarse en que salga a la luz pública la verdad y se castigue a los culpables con todo el rigor de la ley, antes que la red de corrupción y las componendas del tráfico de influencias manipulen las evidencias y terminen por enjuiciar a chivos expiatorios, y los principales culpables queden en libertad cuando pase un buen tiempo y se calmen las cosas, argumentando algún mañoso tecnicismo fraguado por los deficientes ministerios públicos.
            Me parece ocioso hacer comparaciones, pero a veces es necesario para ubicarnos en nuestra realidad. Recientemente en Francia unos terroristas masacraron a 12 personas en la revista “Charlie Hebdo” y 6 más en un supermercado.  Aproximadamente a los tres días se había entregado un terrorista y tenían acorralados a otros dos, quienes sabiendo la imposibilidad de sobornar a las autoridades francesas prefirieron resistir hasta el final, siendo abatidos sin misericordia por las fuerzas especiales de la policía que no se anduvieron por las ramas; al otro cobarde asesino lo mataron poco después.
            En Francia fueron terroristas radicales del Islam los que perpetraron las masacres, mientras que en México fueron las mismas autoridades las involucradas en la desaparición de los 43 estudiantes.
            El pueblo francés sin distinción de clases o religiones se unió para protestar contra el terrorismo mundial, apoyado por los gobiernos de la mayoría de las naciones. En México la desaparición de los estudiantes y la cloaca que se evidenció en el gobierno de Iguala han abandonado las primeras páginas de los medios y poco a poco el interés de la gente se está adormeciendo. El gobierno francés de inmediato ha tomando medidas para evitar otro atentado terrorista, y en México, bueno…Debemos de esperar con paciencia la reforma de nuestro presidente galán.

José Pedro Sergio Valdés Barón

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