domingo, 1 de marzo de 2015

Narcotráfico




En mi opinión XV
(Narcotráfico)

Aunque parezca increíble me puse a pensar al conocer la captura del capo «La Tuta», y me pregunté si no estaría equivocado en juzgar a nuestro gobierno corrupto y liado con el narcotráfico. Tal vez estaba errado en creer que la captura de un capo importante sólo servía para aparentar que el gobierno sí estaba cumpliendo con sus obligaciones, y no eran únicamente patrañas para congraciarse con los gringos y sacarles más dinero en el combate contra el narcotráfico, o sólo era el sacrificio de un chivo expiatorio para desviar la opinión pública en momentos adecuados de la política mexicana.
            Después de un momento solté la risa y me hice otra pregunta ¿Bueno, qué pasa realmente con la captura de un narco tan importante como «La Tuta»? y después de pensarlo mucho me respondí: «Nada». Exceptuando que hubiera más violencia por la lucha entre los líderes del cártel para hacerse del poder dentro de su organización, lo cual creo que lo tienen resuelto con anterioridad, me repetí «NADA».
            No bien habían cerrado la puerta de la celda de Servando Gómez «La Tuta», cuando Nazario Moreno ya era un fuerte candidato para sustituirlo, sino es que ya es el nuevo capo del cártel de Los Caballeros Templarios. Todo continúa igual, la producción, el trasiego de drogas, y la distribución y consumo continuarán como si nada.
            Entonces me volví hacer otra pregunta ¿Cómo acabar con el flagelo del narcotráfico en nuestra sociedad? En ese momento recordé algo que escribí hace muchos años y que no era nada nuevo; varias gentes también hablaban sobre el tema, pero como siempre era zumbido de mosca para los oídos de la gente. Pero si no es posible encerrar a todos los narcos y cómplices al mismo tiempo, o hacer que los Estados Unidos dejen de consumir las drogas —por cierto, usa no es el mayor mercado del mundo por su numerosa población o por su poder económico, sino por su gran cantidad de consumidores; algo debe andar mal en esa sociedad—, entonces es factible una solución sencilla y eficaz como la que a continuación transcribo, tal y como la escribí hace algunos años como ya mencioné.

 Una rápida solución
Si la idea de una conciliación y convenio entre los cárteles del narcotráfico para acabar con la violencia en el país no es posible, les tengo otra propuesta. No es muy original y creo que hasta un partido político ya la ha mencionado, pero desde hace tiempo la he apoyado sin condición.
Con esta propuesta de un día para otro se acabaría prácticamente con la violencia en las calles, los cárteles no tendrían que competir con las armas asesinando a sus adversarios, se acabaría con la mayor parte de la corrupción, el crimen disminuiría de manera significativa, y la paz, tranquilidad y seguridad volverían a reinar en nuestras vidas devolviéndonos la libertad.
¿Cuál es esa propuesta? ¿Qué es lo que debemos hacer? es muy sencillo. Todo lo que se debe hacer es: LEGALIZAR LA DROGA. ¡NO!… no pongan esa cara de sorpresa. ¡Que sería aberrante! ¡Que todos nos volveríamos drogadictos! ¡Que nuestra civilización sería un caos! ¡Qué la iglesia lo prohibiría! Por supuesto que NO y a continuación se los demostraré. Durante la prohibición del licor en usa se pensaba que volverlo a legalizar tendría los mismos problemas que ahora pretextamos, y sin embargo nada de eso sucedió cuando se legalizó, pero además:
¿Sabías que hace tiempo nuestros tatarabuelos usaban las drogas como medicamentos y eran completamente legales? Aquí está la prueba:





Entonces ¿Qué fue lo que pasó?
Pues tan sólo que a algún demonio visionario —posiblemente judío gringo— se le ocurrió el gran negocio del siglo, y logró que se prohibieran los medicamentos con droga iniciando el tráfico y distribución de los mismos; dando nacimiento a las organizaciones criminales del tráfico de drogas, a las autoridades y políticos corruptos, esparciendo por todo el mundo el malvado concepto del vicio y la drogadicción. Lo cual ha provocado, asegurado e incrementado el malsano consumo entre los individuos con tendencias autodestructivas.
Por desgracia, las personas que tienen el poder y la autoridad para legalizar la droga son parte del problema. Son políticos y funcionarios corruptos que están profundamente infiltrados en los gobiernos, a quienes afectaría de manera considerable los grandes ingresos que obtienen del tráfico de drogas y el crimen organizado.
No digo que sea una empresa sin problemas o fácil, y seguramente requeriría de un gran esfuerzo para cambiar los paradigmas arraigados en nuestra sociedad, pero con certeza creo que es la más viable solución para acabar con la lacra producida por el tráfico de substancias prohibidas. 
Pero como nosotros los ciudadanos, por conformismo, desidia y apatía no podemos unirnos y organizarnos para exigir a nuestros gobiernos todo a lo que tenemos derecho, no nos resta más que aceptar nuestro trágico presente y esperar a que Dios nos conceda un grandísimo milagro.


  José Pedro Sergio Valdés Barón

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